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SE RECIBEN DONACIONES


Desde 2013 se sabía que la familia formada por el Presidente Enrique Peña Nieto y su esposa la Sra. Angélica Rivera, estaban construyendo su casa, así lo anunció orgullosamente el arquitecto Miguel Ángel Aragonés a cargo del proyecto, al ser entrevistado por Alberto Tavira, en el programa “Los Despachos del Poder”, de TV Azteca. 
Sin embargo fue hasta finales del 2014 con la conclusión de la “Casa de la Palma” y la publicación de la misma en la revista frívola Hola que la Sra. Angélica Rivera de Peña aceptó que la mansión es parte del patrimonio conyugal. En unas cuantas horas la mansión residencial cautivó a los mexicanos acostumbrados a vivir en viviendas minúsculas e insalubres, la casa dejó anonadados a los mexicanos por los gustos de nuestro presidente, quien por alguna razón que a los psicoanalistas compete desentrañar, gusta de la monumentalidad como se aprecia en esta casa basada en líneas muy rectas y de ángulos muy marcados, en la que predominan los muros y las formas contundentes.
Han pasado días desde que se divulgaron los detalles un tanto chocantes: El precio orbita los 80 millones de pesos, exactamente el total de sueldos percibidos y por percibir del Presidente de la República durante doce años, esto sin pagar impuestos y sin comprarse ni un paquete de chicles. Agravia que las empresas involucradas en la compra y construcción del predio y de la obra estén vinculadas a nuestro presidente, Grupo Higa e Ingeniería Inmobiliaria del Centro. Sobre esta relación de conveniencia se acumulan largos y precisos datos de accionistas, así como concursos “ganados” por Higa durante el sexenio del entonces gobernador Peña Nieto, y sin embargo, ante tales afirmaciones el presidente nada ha dicho, nada ha negado, nada ha desmentido, nada ha rectificado o aclarado, nada, simplemente nada.
Por desgracia es algo que confirma hábitos bien arraigados, durante su campaña el entonces candidato del PRI dijo que daría a conocer el total de su fortuna personal y la fuente de sus ingresos, y lo hizo el 15 de enero del 2013 (Siga este enlace para ver la declaración hecha entonces), la cual muestra sus bienes muebles e inmuebles como producto de donaciones anónimas, pero incumplió porque tampoco proporcionó el valor de dichos bienes.
Aquellas donaciones fueron hechas convenientemente entre el momento en que abandonó la gubernatura del Estado de México y el momento en que fue designado candidato presidencial de su partido, al que por cierto, no incluyó en su patrimonio. En aquella ocasión tal cual ahora sucede, la sociedad se quedó pasmada porque su presidente fuera beneficiado en su patrimonio personal con anónimas donaciones, esto en un país donde este tipo de generosidad tiene un alto precio en favores y sin embargo, el presidente no volvió a mencionar el tema, ni nadie más.
Imagino que el presidente Enrique Peña Nieto no tiene la mínima intención de negar la generosa donación habitacional, supondría separarse de un patrimonio muy valioso ¿Y a cambio de qué? De nada, sabe que en el fondo los mexicanos aceptamos que nuestros políticos se enriquezcan y ninguno de ellos renuncia a nada, ni Vicente Fox que juró cancelar la partida para los ex presidentes lo hizo, e incluso construyó edificaciones en su rancho con el Erario nacional; por su parte Felipe Calderón no renuncia a su “beca”, no obstante que recibe la jugosa pensión presidencial. Nuestros políticos no perdonan un centavo, por ello ni Gustavo Madero, ni Navarrete han criticado la donación, en cambio si lo hizo López Obrador (y en este enlace puede ver su opinión sobre esa adquisición).
Al regreso de la gira en oriente, y ante la presión de la opinión pública mundial, el 18 de noviembre el presidente exigió (con el rostro desencajado) a su esposa, ante las cámaras de televisión, que explicara cómo adquirió la suntuosa mansión en que ambos viven, ahora sabemos que es de ella, y ese mismo día en el programa de López Dóriga, la señora Angélica Rivera de Peña, expuso que ella es la propietaria y que adquirió la casa gracias a las regalías que le pagó Televisa como consecuencia de la conclusión de su contrato de exclusividad, en ese momento ella precisó: 
En mi declaración fiscal de 2010, año en el que celebré el convenio de terminación con Televisa, declaré ante Hacienda ingresos por la cantidad de 131 millones 690 mil pesos y pagué por impuestos en ese año la cantidad de 39 millones 278 mil pesos. 
 En lo referente a la casa, ahora popularmente conocida como la “Casa Blanca”, la señora aclaró: 
El total del precio de la compra-venta fue 54 millones de pesos a un plazo de ocho años, con un interés de 9 por ciento. Al día de hoy he pagado un total de 14 millones 343 mil 555 pesos.
Con esto la reacción nacional apreciada en las redes sociales fue de mofa, pues la actriz Angélica Rivera nunca destacó, ni siquiera en el pobre medio artístico de Televisa. Se dijo que si esa casa era producto de su trabajo en la televisora, entonces “Chabelo” por sus "cientos" de años trabajados en la misma empresa al menos le alcanza para el Taj Mahal y a Roberto Bolaños “Chespirito, para el Palacio de Versalles.
Se confirma la fortuna extraordinaria del ciudadano Enrique Peña Nieto, a quien las donaciones le caen de todos lados, sin que él pueda hacer nada para evitarlas. Es una nueva versión del Rey Midas.

Por Antonio Limón López. 
Aclarando las donaciones en favor de Enrique Peña Nieto 

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